Con motivo de
la tercera parte de La Sociedad Postindustrial del Conocimiento, Las amenazas híbridas, he encontrado un libro muy interesante. Se titula significativamente Creating
Chaos Online. Disinformation and Subverted Post-Publics, es de Asta
Zelenkauskaitė, y está publicado por University of Michigan Press en 2022.
Habla de cómo
el debate se convierte en troleo, de los postpublicos, etc. Sucintamente dice que se produce una descomposición democrática cuando en la
estructura discursiva clásica, la teoría retórica de Aristoteles constituida
por Mythos, Ethos, Logos y Pathos o sólo por Mythos, Logos y Pathos según
otros, desaparece Logos, el elemento de lógica discursiva, el razonamiento, y
queda sólo Mythos y Pathos. Esto conduce al Chaos que es el objetivo del
troleo. Todo ello dicho resumiendo mucho.
En el libro
mío (Zapata-Ros, 2024) se dice:
Como
resultado empírico, comprobamos que el objetivo que se persigue es el del caos,
para ello el medio es eliminar el debate. En la teoría de la argumentación
retórica, los argumentos se basan en la trilogía clásica el mythos, el logos
y el pathos. Si los argumentos y contraargumentos se construyen de forma
genuina exclusivamente sólo a través del mythos y del pathos, entonces el soft
power (el de la negación y el
troleo) alcanza su objetivo y conduce al Chaos. El Chaos no es
persuasión. Es un tipo de táctica que lleva a las masas no a la tierra
prometida de la verdad sino a un callejón sin salida ---un cul-de-sac---
o, más claramente, a una muerte súbita como ente de razón.
Los post-públicos
están condenados a quedar atrapados en el caos.
Esto me ha
hecho profundizar sobre este esquema, el compuesto por estos cuatro elementos y
he visto que constituye una base inevitable de cualquier narrativa.
Por tanto, un segundo criterio, que quizá englobe lo que dices y que voy a
utilizar, es el de la existencia armónica de este esquema como organizador del
relato.
En qué medida
este esquema es más completo, armónico y eficiente, cada uno por separado para
convencer y en conjunto, es de más calidad la narración.
Pero
empecemos por el principio por la Retórica y por Aristóteles
La obra de
Aristóteles Retórica o Ars Rhetorica es un tratado
sobre el arte de la persuasión, escrito en el siglo iv a. C. al
que se atribuye una enorme influencia histórica.
Según este
filósofo, la retórica es considerada como la habilidad, aplicable en la
práctica, de utilizar los instrumentos disponibles de persuasión. Define unos
elementos, constituyentes de la pisteis, como elementos
"atécnicos" o "no artístico", en contraposición a lo
artístico, constituyente todo ello el contenido del discurso. La pisteis
es como el estilo o el alma de la pieza oratoria o narrativa. De la pisteis que
un discurso proporciona hay tres artes: ethos, pathos, y logos.
En la
Retórica, en el Libro II trata en detalle estas tres formas de persuasión que
un orador, o en nuestro caso un escritor o narrador, debería utilizar para
hacer bien su trabajo, convencer u otorgar credibilidad en lo que dice para que
el lector u oyente atribuya un sentido personal a lo que dice, se apropie, lo
haga suyo, confíe en ello. Son tres tipos de elementos o principios
originalmente
· los basados
en la credibilidad (ethos),
· los basados
en las emociones y en la psicología de los oyentes (pathos), y
· los basados
en patrones de razonamiento aceptables (logos).
Para
Aristóteles estos tres elementos se definen y describen así
Pathos
Para saber
bien lo que es el Pathos hay que tener en cuenta su sentido
aristotélico. Hay que tener en cuenta que en el mundo de Aristóteles, el pathos es
uno de los tres modos de persuasión en la retórica, para actuar
sobre todo frente a un jurado o a un público forense.
En ese
sentido, es el uso de los sentimientos humanos
para influir en el juicio de un
jurado o de un público.
Ese es el uso
típico: intentar transmitir a la audiencia un sentimiento de adhesión o de
rechazo hacia el sujeto de un juicio para influir en su sentencia.
Crear en la
audiencia un sentimiento hacia el sujeto juzgado, al margen del hecho que se
está juzgando, es, en el sentido etimológico y socrático de la palabra, crear
un argumento patético.
Como
consecuencia de esta filosofía, hoy día se puede decir que el pathos es
una técnica de comunicación específica (enganchar mediante el sentimiento con
el espectador o el lector) que se utiliza en la literatura, el cine y en otras artes narrativas.
Es también el
«gancho» principal, la anécdota, el misterio o el
hecho maravilloso que atrapa al lector o espectador de una obra.
La práctica y
la razón empírica nos dice igualmente que el pathos se potencia
cuando la narración adopta la forma de confesión íntima o personal.
De forma
general, a estos tres elementos vamos a añadir un cuarto, el Mythos. En
conjunto, los cuatro son indispensables para la narración. Actuando y considerando
cada uno por separado y también y sobre todo actuando en conjunto de una forma
sistémica y armónica.
Así en la retórica y sobre
todo en la narrativa hay cuatro modos de persuasión y de que el lector o espectador atribuya sentido a la
obra, son: el mythos, el ethos , el
logos y el Pathos.
Este esquema lo planteamos válido y necesario en la literatura
(particularmente en la novela y el cuento), en el cine y en otras artes
narrativas.
Ethos
En la
retórica de Aristóteles el ethos es la credibilidad del hablante y
constituye una de los tres modos de persuasión, junto con
logos y pathos tratados por Aristóteles en su Retórica como
componente del argumento. Los oradores deben establecer cuál es su espíritu
desde el principio. Recientemente en los documentos académicos se pide un
apartado con los valores del autor. Así planteado, esto puede implicar
únicamente "competencia moral"; Aristóteles, sin embargo, amplía el
concepto para incluir experiencia y conocimiento.
En un
principio el ethos está limitado exclusivamente por lo que dice el orador.
Posteriormente el ethos se amplía y está moldeado por el carácter moral general
y la trayectoria del autor u orador, es decir, lo que la gente piensa de su
carácter incluso antes de que el discurso o la obra haya comenzado.
Según Aristóteles ,
existen tres categorías de ethos:
phronesis –
habilidades útiles y sabiduría práctica
arete –
virtud, buena voluntad
eunoia – buena
voluntad hacia el público
En cierto
sentido, el ethos no pertenece al orador sino a la audiencia y apela a
las emociones de esta. Por lo tanto, es la audiencia la que determina si un
orador tiene un ethos alto o bajo.
Logos
Logos es una
palabra griega que tiene una gran variedad de significados diferentes, entre
ellos: "razón", "discurso" y "súplica".
Aristóteles proporcionó una definición de logos en su obra Ars
Rhetorica, donde utilizó la expresión Logos con el significado de
"discurso razonado", y lo hizo específicamente para el ámbito de
la oratoria.
Aristóteles
consideraba, como hemos dicho, que Logos era uno de los tres modos principales
de persuasión junto con Ethos y Pathos. Aristóteles pensaba que logos
reemplazaba a los otros dos, ya que la eficacia de cualquier argumento dependía
de un fuerte atractivo lógico.
Mythos
Mythos,
transcripción fonética en latín del griego antiguo μῦθος , es el término utilizado
por Aristóteles en su obra Poética (c. 335 a. C.) para
nombrar la trama de una tragedia ateniense. La define particularmente como
la «representación de una acción» o «la disposición de los
incidentes» que «representa la acción».
En la
tragedia ateniense, Aristóteles diferencia la trama (representación de la
acción) de la praxis , que es el conjunto de acciones representadas
por las tramas. Es decir, la praxis son las acciones más desnudas aún, sin la
representación escénica o simbólica, si hablásemos de la literatura en general.
Posiblemente
una normativa más precisa de la narrativa nos llevaría a exigir además de los
cuatro elementos señalados la Praxis, como elemento necesario de una narrativa
Hasta aquí la
versión aristotélica, vamos a hacer ahora un tratamiento general con este
objetivo.
Pathos
Pathos es
un vocablo griego (en
griego πάθος significa 'sufrimiento'), pero que ahora puede tomar distintas
acepciones.
La Real
Academia Española (RAE) lo define como «Afecto vehemente del ánimo».También se ha definido como una cualidad o poder—en una
experiencia de la vida real o en la literatura, la música, la
oratoria u otras formas de expresión—de suscitar sentimientos de lástima,
tristeza, compasión o ternura[1].
Se trata,
como hemos dicho, de una apelación a las emociones e ideales del público para suscitar sentimientos
que ya residen en ellos. El término se utiliza más comúnmente en retórica (en la
que se considera uno de los cuatro modos de persuasión, junto con el mythos,
ethos y
el logos), así como
en literatura, cine y otras artes narrativas.
En Psicología
se utiliza el término pathos para referirse
al sufrimiento humano no patológico, al sufrimiento existencial,
el que se produce por ser persona
en el mundo, en una sociedad, en una cultura o por la angustia derivada de las
relaciones interpersonales o por consideraciones morales. Se contrapone al
sufrimiento patológico o mórbido.
En este campo
se puede considerar igualmente como «todo lo que se siente o experimenta: los
estados del alma, tristeza, pasión, padecimiento». O también, en otro sentido,
desenfreno pasional no patológico pero inducido.
Podríamos
citar multitud de personajes de la literatura clásica son en este sentido
claros ejemplos de “patetismo”. Desde el exordio de Marco Antonio en la obra de
William Shakespeare Julio César, o en la película de Joseph Mankiewicz,
hasta el monólogo de Scarlett O'Hara, en Lo que el viento se llevó, tanto en la
novela de Margaret Mitchell como en la película de Victor Fleming. La
literatura y el cine están llenos de Pathos. De hecho, se supone que es la
principal forma de atrapar al espectador o al lector, a través de los
sentimientos.
También se
puede referir a las configuraciones caracterológicas en el terreno de la ética
o delos valores producidas a percepciones que se sienten en la persona por
cuestiones biológicas y culturales. En el libro La Sociedad Postmoderna del
Conocimiento (Zapata-Ros, 2024) hablamos de esto cuando en lo que lamamos postpúblicos,
por efectos del troleo y de la guerra de la información se configuran
caracteres individuales patéticos en este sentido.
Por último,
este elemento, se puede entender dentro del binomio Eros – Pathos.
En este caso se entiende como la bipolaridad permanente del ciclo genésico que
enlaza el sufrimiento y el amor, o como el amor sufriente. Otra modalidad de
amor tan frecuente en la literatura clásica, en contraposición con el Eros
báquico o exclusivamente placentero
En medicina
el término patología[2] deriva
directamente de Pathos. La Patología es el estudio de enfermedades en el
sentido más amplio. Particularmente como procesos o estados anormales de causas
bien conocidas o desconocidas. Aquí el término pathos se entiende como «estado
anormal duradero como producto de una enfermedad». Es importante que aquí
Pathos es un sinónimo o de significado próximo al de «padecimiento».
Por último,
Pathos tiene un significado particular en Estética, obviamente válido también
para la novela o el relato, o el cine como obras artísticas. En
la crítica yen la preceptiva, el término pathos se
utiliza para referirse a la emoción íntima que está presente en una obra de arte, y que
despierta la similar emoción en quien la contempla. También significa una
apelación a la emoción en el público, a su empatía, provocando
sentimientos que previamente residen en él.
Frecuentemente
cierta crítica literaria amarillista, o sesgada hacia la autoayuda, tiene una
fuerte componente de Pathos en su formulación, pero sin embargo no la
utilizan como referencia o elemento de su crítica. De esta forma difícilmente
se puede apelar a una componente de Pathos equilibrada en la obra cuando
ellos no la tienen en su crítica.
Los
métodos patéticos o centrados en el
Pathos
Hay muchas
formas de atraer la atención mediante el atractivo emocional, no sólo en la
oratoria, sea forense, judicial, clase expositiva o conferencia. Sino en la
narrativa escrita. Algunas obviamente no son válidas si el autor es denotativo
o emplea la tercera persona
Ese atractivo
emocional se puede lograr, por ejemplo
· por
una metáfora o narración, comúnmente conocida, aceptada o que
diga algo al auditorio o al lector, a modo de gancho;
· imprimiendo
pasión en la comunicación del discurso o en el texto, en consonancia e
interacción, si se puede, con el auditorio;
· por una
anécdota personal.
También se
puede recurrir a apelar a un ideal de varias maneras, como las siguientes:
· entendiendo a
la razón que justifica su posición con respecto al ideal
· evitando
ataques y menciones enojosas contra una persona particular o al carácter de la
audiencia
· utilizando
los atributos del ideal para reforzar el mensaje.
Pathos se
manifiesta utilizando palabras "cargadas" de significación que
provocarán algún tipo de reacción. Por ejemplo, se podrían incluir
"víctima" así consideradas por la audiencia, en varios contextos
diferentes. En determinadas situaciones, el “patetismo” puede manifestarse como
un "viaje de culpa" (como en alcohólicos anónimos o en el discurso de
Marco Antonio a la muerte de César) basado en el intento del orador de hacer
que alguien de la audiencia o toda la audiencia se sienta culpable por algo.
Contemporáneamente se ha estudiado el
patetismo. Así George Campbell[3],
fue uno de los primeros retóricos en incorporar evidencia científica a su
teoría del atractivo emocional. Campbell se basó en gran medida en un
libro escrito por el médico David
Hartley , titulado Observations on Man . El libro sintetizó las
emociones y la neurología e introdujo el concepto de que la acción es el
resultado de una impresión.
En esta obra Hartley[4]
determinó que “las emociones impulsan a las personas a reaccionar ante las
apelaciones basadas en las circunstancias, pero también en pasiones compuestas
de impulsos cognitivos”. Campbell[5]
sostiene que “la creencia y la persuasión dependen en gran medida de la fuerza
de un atractivo emocional”. Además, Campbell introdujo la importancia de
la imaginación y la voluntad de la audiencia en la persuasión emocional, que es
tan importante como la comprensión básica de un argumento. Pero esto
seguramente quedaría en duda ante el mecanismo de los troleos que hemos
señalado en la obra “La Sociedad Postindustrial del Conocimiento (III parte)”. Campbell,
basándose en las teorías de retóricos anteriores a él, elaboró una visión
contemporánea del patetismo que incorpora el
aspecto psicológico del atractivo emocional[6].
Pathos también se utiliza mucho,
quizá demasiado y quizá poco responsablemente, en la política. Principalmente
en el discurso y en cómo persuadir a la audiencia. Mshvenieradze[7]
afirma que "Pathos está directamente relacionado con una audiencia. La
audiencia es un sujeto colectivo de oradores sobre el cual un orador intenta
impactar con su propia argumentación". Den el mejor de los casos, de
manera similar, a la forma en que Aristóteles analiza cómo utilizar eficazmente
el patetismo en la retórica, la forma en que uno atrae al lector es similar a
la de atraer a una audiencia de votantes, en
buena lid. En el caso de la política y los políticos, se trata
principalmente de escribir y hablar de forma argumentativa. Esto también se
discute en mi libro citado (Zapata-Ros , 2024). En el Libro II de los escritos
de Aristóteles, en Retórica, en esencia, conocer las emociones de
las personas ayuda a permitirnos actuar con palabras en lugar de escribir
únicamente, para ganarnos la credibilidad y la fe de otros.
Pero Pathos donde más se utiliza es
en la publicidad
Ahora la publicidad es altamente
competitiva debido a la gran cantidad de inversiones y de desarrollo de
marketing que realizan las empresas. Pathos se ha convertido en una herramienta
popular para atraer a los consumidores: La publicidad se centra en su lado
emocional. Los estudios muestran que las emociones influyen en el procesamiento
de la información y la toma de decisiones de las personas más que ninguna otra
cosa, lo que hace que el patetismo sea una herramienta perfecta para persuadir
a los consumidores a comprar bienes y servicios. En esta era digital, los
diseñadores de campañas de publicidad van más allá de la estética y de la
viabilidad industrial para integrar el aspecto de 'conciencia emocional'[8]. Ahora,
las empresas, en sus anuncios en TV plataformas e Internet, contienen
referencias culturales actuales e intentan que la audiencia se sienta
involucrada. No basta con tener un anuncio atractivo, tienen que utilizar
métodos de diseño adicionales para persuadir y lograr que los consumidores
compren sus productos.
Este tipo de publicidad se
ejemplifica en grandes marcas Uno de los ejemplos más conocidos de patetismo en
la publicidad son los anuncios de la SPCA con imágenes de perros callejeros y
música triste.
También en los anuncios de UNESCO,
Médicos sin Frontera, Manos Unidas, Cruz Roja y en general de organizaciones
filantrópicas que soslayan aquellos elementos de Logos que pudieran restar
eficiencia a su publicidad
Lamentablemente, Pathos también se
utiliza en la investigación científica, área que debe ser denotativa como
ninguna otra. Porque eso es lo que, sobre cualquier otra cosa, es en esencia la
literatura científica
Pathos también se utiliza, por
ejemplo, en revistas médicas acreditadas, investigaciones y otros escritos
académicos. El objetivo es apelar a las emociones de los lectores manteniendo
al mismo tiempo los requisitos necesarios de la comunidad del discurso médico.
Los autores pueden hacerlo utilizando cierto vocabulario para provocar una
respuesta emocional de la audiencia. Son los “términos sagrados”[9] (“God-terms”),
cuya sola invocación provocan adhesión e indiscutibilidad. No es
difícil que pensemos en algunos de ellos. Se utilizan a menudo como técnica
retórica.
Por último Pathos no sólo lo
encontramos en el arte, la literatura lo es,
sino que es su elemento principal.
Sin dificultad podríamos justificar
basándonos en la historia que la mayoría de las obras de arte caen dentro del
ámbito del patetismo. A lo largo de los siglos, los artistas han utilizado los
recursos de Pathos en sus obras utilizando todo lo que tienen a su alcance ---
palabras, narraciones, imágenes secuencias fílmicas o de vídeo, colores, formas
y texturas para arrancar sentimientos de su audiencia, espectadores o lectores.
El extremo son las caricaturas políticas, usadas por artistas, donde el patetismo
es básico para persuadir o sacar a la luz cuestiones escabrosas o sesgadas
sobre la ejecutoria de los que forman el gobierno, sus asuntos privados, vicios
o defectos rechazables por el público. La mayoría de las veces, los diseños son
deformes y exagerados, pero esto provoca el sentimiento crudo que el artista
intenta evocar en el espectador.
Ethos
En general el Ethos, en la
vigesimotercera edición de su Diccionario, la Real Academia
Española lo define como
“Conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la
identidad de una persona o unacomunidad.”
Su origen lo tiene en la
palabra del griego antiguo: ἦθος ễthos, que significa "costumbre y
conducta". A partir de ella se transforma en "conducta, carácter,
personalidad".
Está en la raíz de términos como ética y etología.
Según otra definición[10]
Ethos significa “costumbre, hábito; manera de ser, de pensar o sentir;
conducta, carácter, temperamento; moral y moralidad.
Como hemos dicho, ethos, en
la Grecia antigua y para Aristóteles en su Retórica, significa
"costumbre, hábito; o bien, temperamento, carácter, modo de ser de un
individuo", del orador. Esa definición es válida actualmente para
cualquier autor, orador, profesor o artista. Es importante saber que posteriormente, en
Roma se tradujo al latín como mos y al plural mores,
que igualmente pueden definirse como "costumbre o maneras permanentes de
actuar o de comportarse". A partir de ello, Cicerón, a partirdel adjetivo ethicós,
referente a la costumbre, acuñó el término moralis, de donde
derivó moral.
Para nuestro propósito cabe por
último decir dos cosas:
El ethos va unido al autor
literario, como creador de un texto. Se puede referir más a la persona que a la
obra. Si bien hay un ethos de la obra como carácter y principios morales
predominantes en toda o en parte de ella, dado que se refiere a cacteristicas
personales de las que sólo a un individuo puede exigirse responsabilidad, cabe
hablar del ethos como algo propio del autor. Es un ethos discursivo,
el ethos de quien hace el discurso o la obra, y también un ethos
enunciativo o declarativo como del autor que declara algo. Es lo que
hablábamos sobre valores como una información vinculada a un paper según
algunas culturas académicas. En ambos casos forma parte de la construcción de
la identidad que el autor se forja. Es como lo que modernamente se considera
una etiqueta, un metadato. Por medio de él, el autor entrega información
de su propia identidad a los demás.
El otro es el ethos académico. Se
entiende como tal "la imagen construida discursivamente por el autor del
texto para presentarse a sí mismo como un escritor académico capaz de organizar
y conducir su texto".
Logos
Geoffrey P. Miller expone un ejemplo sobre un enfoque narrativo de Logos y
otro sin él en Logos and Narrative[11].
Dice que “Los libros del Génesis al
Segundo Libro de los Reyes trazan la historia de Israel desde los primeros
tiempos hasta la caída del Reino del Sur en el año 586 a. C.” En trabajos
anteriores, demuestra que “esta narrativa contiene una teoría política sofisticada:
un análisis sistemático que justifica la autoridad política; demuestra la
necesidad de la ley y el gobierno; explora la naturaleza de las relaciones de
poder en las familias; sostiene que la nacionalidad es la mejor forma de
organización política; identifica el autogobierno, las instituciones
centralizadas y la soberanía como los elementos esenciales de la nacionalidad;
y afirma que la monarquía constitucional representa la mejor forma de gobierno
nacional.”
Sin embargo ¿cómo es que, si la
Biblia contiene una teoría de este tipo, no se la ha identificado antes? La
razón que apunta es que la teoría política implícita en la Biblia está
encarnada en una clave narrativa (Mythos) más que en análisis discursivos (Logos).
El significado político de las narrativas se perdió cuando la Biblia llegó a
ser interpretada desde un punto de vista exclusivamente espiritual (Ethos). En
ese trabajo habla de las ventajas y desventajas de las narrativas y explica por
qué los pensadores griegos presentaron sus ideas políticas discursivamente
mientras que la cultura del antiguo Israel optó por transmitir ideas abstractas
en forma de narrativa.
Pero nosotros simplemente planteamos
que la visión según una clave u otra cambia radicalmente el discurso, y
señalamos las ventajas de Logos para un cidrto tipo de publico y para unos
objetivos del orador o del autor. A partir de aquí podríamos proponer como
ejercicio que se identificase cual es la clave planteada por el autor, si es discursiva,
mítica o patética y cuáles son las razones que le han llevado a elegirla.
Pero ¿Qué es Logos?
Logos es una apelación retórica o
persuasiva a la lógica y a la racionalidad de la audiencia o del público lector.
Se pueden encontrar ejemplos de logos en escritos argumentativos y argumentos
persuasivos, además de en la literatura y en la poesía.
Una vía de convicción al público o a
los lectores son los argumentos lógicos. Su solidez ayuda a convencerlo a
través de una perspectiva coherente lógicamente, a evitar errores lógicos
conocidos como falacias, a evitar los perjuicios que conllevan y sobre todo a
desenmascarar a los que las utilizan. La lógica debe construirse metódicamente
y los lectores deben poder comprender el argumento si éste se construye paso a
paso, de forma que cada uno sea comprensible y esté encadenado por vínculos
deductivos con el anterior. Es mucho más fácil persuadir al público de esta
forma.
Ejemplos de Logos en distintos
ámbitos
En la política: Si en una
reunión del consistorio se proporciona evidencias de colisiones pasadas para
argumentar a favor de la instalación de un semáforo, deduciéndose la mejora, se
está utilizando un esquema de Logos.
En el teatro: Los dramaturgos
griegos solían estructurar obras enteras en torno a debates filosóficos. Así,
por ejemplo, Antígona de Sófocles se basa en un debate entre
el rey Creonte y su sobrina Antígona sobre si se le debía conceder o no el rito
funerario al hermano de Antígona. Ambos personajes muestran la técnica de Logos
en los argumentos que emplean uno contra otro.
En la novela: En Matar a un
ruiseñor de Harper Lee, en la escena culminante, el abogado Atticus Finch
presenta ante el tribunal una apasionada súplica al jurado en la que argumenta
de manera lógica y metódica a favor de la inocencia de su cliente.
En la poesía: Muchos de los
sonetos de Shakespeare toman la forma de súplicas apasionadas por parte de
un narrador que usa el logos para justificar su amor y buscar reciprocidad del
objeto de su deseo, o en otras estrategias encaminadas a la consecución de
algo. Por ejemplo en el monólogo de Shylock en EL MERCADER DE VENECIA,
III, 1 (WILLIAM SHAKESPEARE)
Si
nos pinchan, ¿acaso no sangramos?
Si nos hacen cosquillas, ¿no reímos?
¿Y no morimos si nos envenenan,
no nos vengamos si alguien nos ultraja?
Si en todo lo demás nos parecemos,
¿por qué no en este caso?
Mythos
Según Northrop Frye el Mythos es la
matriz de la literatura. O dicho de otra forma la literatura es lo que hay
cuando al Mythos se añaden Ethos, Logos y Pathos.
Lo es funcionalmente en cualquier
momento, pero también lo es históricamente. El Mythos es lo que las primitivas
sociedades tenían cuando no había literatura y posiblemente escritura
simbólica, latina, griega o cuneiforme. Eran las historias contadas en las
cavernas, la tradición oral y las pinturas rupestres.
Pero el Mythos no tiene sólo vigencia
en la preliteratura, lo tiene en todos los tiempos como una matriz de la
narrativa sobre la cual se asienta todo lo demás. Es la historia desnuda y
aséptica. El esqueleto, el perchero, sobre el cual se van colgado el resto de los
elementos.
Por lo demás
Mythos, originariamente es la transcripción latina de la
palabra griega μῦθος («cuento»,
«relato»). Asimismo, en inglés, es lo que define al cuerpo constituyente de
elementos de una historia, mitología, mitos y/o fantasías.
A su vez el Mythos se componen de:
·
personajes,
·
eventos,
·
ambientes,
·
el
sistema constituido por las interrelaciones de las anteriores componentes.
Como hemos dicho en la tragedia
ateniense, Aristóteles diferencia la trama (el Mythos en su idea), como
representación de la acción, de la praxis , que es el conjunto de
acciones representadas por las tramas. De esta forma la praxis serían escuetamente
las acciones, sin la representación escénica o simbólica que supone el Mythos.
Esto si hablásemos de la literatura en general, más allá del concepto
aristotélico.
Posiblemente una normativa más
precisa de la narrativa nos llevaría a exigir, además de los cuatro elementos
señalados, un nuevo: la Praxis, como requisito descriptivo necesario de una
narrativa.
Se puede aceptar trama como sinónimo
de Mythos.
De la palabra Mythos derivan
mitología, mito, mítico
EJEMPLOS DE RELATOS
CON LOS CUATRO ELEMENTOS
A. EL GESTO DE LA
MUERTE
RELATO CORTO (APÓLOGO)
Un personaje, al que llamaremos A, se ha encontrado a
su amigo, al que llamaremos B. Lo encuentra aturdido, ansioso. Le dice “¿Qué te
pasa, amigo”? B le contesta que se ha encontrado a la Muerte, que ha visto en
ella un gesto trágico que le ha asustado.
- Me
voy - sigue diciendo- la Muerte venía a por mí. Tengo que ir a C, la
ciudad que tú conoces. Allí en un lugar oculto, lejano, espero que no me
encuentre. Adiós, amigo.
B, preocupado, va a ver a la Muerte. Sabe
dónde encontrarla.
-
¿Por qué has asustado a mi amigo - le dice.
- No,
no lo he asustado -responde
la Muerte- Me ha producido extrañeza, pero mi gesto no era
amenazante. Ne ha sorprendido verlo hoy aquí, cuando mañana tenía que
llevármelo de C.
ANÁLISIS DE
ELEMENTOS
MYTHOS. - Es la historia, el relato de que A se encuentra a su amigo
B, el dialogo con él y luego con la Muerte. La narración pura y simple,
desprovista de todo lo demás, como una historia contada por un bot, que luego admite muchas versiones variando
adecuadamente los otros elementos.
ETHOS. – Son los
valores y las convicciones compartidas que se evocan: El miedo o respeto a la
Muerte, la convicción de su inevitabilidad. El fatalismo. La convicción de que
el destino existe.
LOGOS. – En este
relato quizá sea lo más logrado, lo que más impresiona y lo que realza los
otros valores con la ayuda de la paradoja y de la contradicción lógica. El
hecho de la muerte, que todo lo sabe, se sorprenda por algo inesperado,
contrasta lógicamente con la situación: se tropieza con algo que contradice su
lógica infalible al encontrase a B en un lugar inesperado. Por último, nos
encontramos con la paradoja lógica de que es, precisamente después de que el
destino lo ha establecido, cuando B con su decisión hace que se cumpla
precisamente ese destino.
PATHOS. – Está
constituido por todos los sentimientos que son consecuencia de lo anterior: El
asombro por lo inaudito del relato, del Mythos. El miedo a la Muerte, a la
personalización de algo que es definitivamente ingrato, lo menos deseable. La
desesperación y la desesperanza por su inevitabilidad. La sorpresa por la
situación de fallo atemporal que se produce por la pardoja lógica que sorprende
incluso a la Muerte. La sorpresa de que sea, incluso en contra de lo previsto
el propio personaje quien decida ir al encuentro de la fatalidad. Obviamente el
provocar todo esto depende más que ninguna otra cosa del relator o del
escritor.
RELATO LARGO
El semblante de la
muerte, de Brisa
El semblante de la
muerte.
Un cuento corto, un
apólogo en 472 palabras
"María
vivía en Villalba, Madrid. Era profesora de Secundaria jubilada. Esa mañana de
abril había ido a Mercadona a hacer la compra.
Al salir
descargó el carrito en el maletero y fue a ponerlo con los otros. A la vuelta
encontró a Gone, de pie junto al coche. Iba vestido con su traje gris y su
camisa blanca. Era un hombre de belleza fría. De aspecto enjuto y anguloso. Con
el pelo gris esculpido pulcramente con máquina. Su aspecto y sus ojos le eran
familiares. María había sobrevivido a dos cánceres. Ahora los análisis le daban
regularmente bien. Los ojos acerados de él, en aquellas ocasiones le helaron la
sangre, su media sonrisa sardónica y paciente le inquietó. Sin embargo,
entonces, algo le decía que no era un asunto definitivo. Ahora no. Las cejas y
el rictus de la boca le hicieron ver que se trataba de algo inminente e
irreversible. La ida.
María no
perdió el tiempo. Llamó a Ana, su médico y amiga.
Quedó para
después de comer. Mientras tanto preparó las cosas necesarias para ese mismo
día y, con la compra en el maletero, se preparó para partir a Bonilla de la
Sierra, donde disponía de una casita que había heredado. En Madrid las cifras
de infectados graves y fallecidos habían rebasado las previsiones sanitarias.
Los hospitales y los tanatorios estaban colapsados.
Comió un
bocadillo y fue a ver a Ana.
- Me he encontrado a Gone. Ahora es seguro, y es por la
pandemia.
- Pero ¿cómo la sabes? - Fue lo único que se le ocurrió
decir a su amiga.
- Por su gesto. El rictus de su boca y la expresión de
sus cejas no podían decir otra cosa. Me voy a Bonilla. Allí es imposible que
llegue el virus. No va nadie.
Nada más
salir, Ana llamó a Gone. Lo conocía bien. Frecuentemente se encontraba con él,
en el hospital e incluso en el centro de salud.
- Tenemos que hablar, estoy preocupada por mi amiga.
- Vale, a las siete estoy allí.
Puntual, como
sólo él sabe hacerlo, llegó al despacho que Ana tenía en casa.
- ¿Por qué te querías llevar esta mañana a María? Me ha
dicho que te ha visto y que tu gesto era inequívoco. Te la ibas a llevar y
sabes que no estaba previsto.
- Te equivocas, mi expresión era de extrañeza. Me
sorprendió verla allí aún, en Villalba. Cuando dentro de tres días tengo una
cita con ella en Bonilla de La Sierra.
El resto es
sabido. Muchas personas huyeron de Madrid a pueblos de Castilla. Llevaron con
ellos el germen.
Tres días
después María falleció en esa localidad del Valle del Corneja. Los servicios
sanitarios de Ávila estaban colapsados y, viendo su estado y su edad, los
médicos que la atendieron decidieron confinarla en su casa."
El semblante de la
muerte.
Miguel Zapata Ros.
Brisa
Kindle Direct Publishing - Amazon
ISBN 979-8377738978
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B. CARADOC
Caradoc es un obra
compleja, una trilogía de más de setecientas páginas. Los elementos se cruzan y
son complejos.
Sin embargo podemos
distinguir algunos:
Mythos hay varios
El de la relación y
el amor entre Caradoc y Joaquina, que es central y constituye el eje
vertebrador de la trilogía.
La trama negra de
la desaparición del retrato del primer Lord Caradoc, de Thomas Lawrence.
Pero hay muchos
más:
El del viaje y el
descubrimiento de un nuevo mundo histórico, social y personal de Joaquina.
El del personaje
político y diplomático que es Caradoc.
El romance con
Manuelita
El bloqueo del
estiario del Río de la Plata.
El triángulo Isabel
II, Caradoc y Narváez.
Pepa la Malagueña y
el Duque del infantado
E incluso otros
mucho más pequeños y reducidos, pero con entidad propia, como
El conflicto de
Caradoc y Joaquina con su ahijado Joaquín García.
La Princesa de
Bagration, su vida con Caradoc y el Congreso de Viena.
La familia
Zabálburu
Salvador Marín
Baldo y su hijo.
Se puede decir que
cada uno de ellos puede dar lugar a una obra con entidad propia y sus propios
Ethos, Logos y Pathos
Como unidad la obra
también tiene varios Ethos que atraviesan la trilogía en su conjunto:
El principio del
amor romántico y el del amor redentor.
El principio
romántico del amor como puente y rompedor de brechas sociales. En este caso
entre un diplomático del mas alto nivel y prestigio de la élite de la época,
como es un embador del Imperio Británico de la categoría de Caradoc y una
humilde huertana que termina trabajando en El Molinete de Cartagena.
El de la sociedad
corrupta del boom de la construcción franquista durante los años sesenta y
setenta del siglo XX.
Logos
La unidad lógica a
la obra la da la contraposición de la vida plena de éxitos y de experiencias de
poder y sedución que tiene el lord en la primera parta y cómo conoce su
auténtico amor (centro de la obra y segunda parte) precisamente de una mujer
que es todo lo contrario, pero que se produce en una crisis de él y todo asu
fuerza y poder no le valen para superarla y sí lo saca de ella una mujer
precisamente no dotada de más poder que su persona su cariño y su apoyo en el
peor momento. El ciclo se cierra con la metamorfosis que sufre ella (tercera
parte) y su redención y auge social como consecuencia de su amor por él.
Hay varios logos
más, varios temas que confieren unidad lógica a todo o a alguna parte como son:
La riqueza
acumulada por él como consecuencia de su ejecutoria, cómo la rescata, como
sirve para su obra en Murcia y después en Bayona, como se dilapida y como da
lugar al asunto del retrato de Lawrence.
Otra unidad lógica
es a las consecuencias que lleva la vida del Duque del Infantado, como
consecuencia además de las habilidades de Josefa Montenegro desarrolladas
durante sus relaciones con Fernando VII
Y, por último, pero
no exahustivamente, el origen del conflicto con Narvaez y las consecuencias de
la inquina que tiene para Caradoc en su estancia en España. Eso es algo que
arranca en su llegada como embajador y tiene consecuencias hasta el final de la
trilogía. Es un hilo de causas y efectos encadenados.
Los Pathos
quizá como casi siempre es lo más importante, si es que se han conseguido sus
efectos.
El primero es la
identificación con el personaje de Joaquina como heroína de una particular
forma de emancipación femenina, no tanto por el esfuerzo en la emulación o por
sus capacidades intelectuales o por su belleza, como la fuerza interior que le
lleva a la entrega, el sacrificio y la fe en una causa: La de la redención de
Caradoc.
Luego hay mucho
más, pero todos ellos son de menor intensidad y fuerza.
Por ejemplo, la
depravación y los intereses mezquinos de una sociedad en unos momentos en que
se aparentaban unas virtudes y había unas prácticas corruptas por la
especulación urbanística y por el empleo de unos excedentes en asuntos turbios,
que llevan hasta el asesinato.
En el trabajo de
Perera Medina "Conciencia Emocional y Regulación Emocional" se define
la conciencia emocional como:
"La capacidad
para percibir con precisión los propios sentimientos y emociones;
identificarlos y etiquetarlos. Contempla la posibilidad de experimentar
emociones múltiples y de reconocer la incapacidad de tomar consciencia de los
propios sentimientos debido a inatención selectiva o dinámicas
inconscientes."
Todo en ella parece
normal, hasta que llegamos a esta oración:
"[La
conciencia emocional] contempla la posibilidad de reconocer la incapacidad de
tomar consciencia de los propios sentimientos debido a inatención selectiva o
dinámicas inconscientes."
Estoy trabajando lo
de Mythos, Ethos,... para una precepctiva de calidad en la narrativa, y en el
Pathos he encontrado este trabajo que me ha parecido muy interesante. Un
hallazgo (Durante veinte años fui profesor de Psicología en la UMU, era de
Psicología Educativa y Teoría del Aprendizaje, pero la forma de trabajar como
disciplina científica (delimitar y definir constructos teóricos con base
empírica es la misma). Subrayo algo que me parece todo un descubrimiento, algo
que sospechaba, pero nunca lo he visto escrito así.
En Caradoc, sin ser
consciente he adjudicado al personaje masculino este rasgo de conciencia
emocional, … y creo que es un interesante Pathos de la novela.
(*) Para citar este post referencie el DOI 10.13140/RG.2.2.26945.57440
Referencias
Zapata-Ros, M.
(2024). La Sociedad Postindustrial del Conocimiento (Tercera edición). III
parte Cómo crear el caos en línea. Kindle Direct Publishing. New York. USA.
[1] “the quality or power in an actual life experience or in literature, music,
speech, or other forms of expression, of evoking a feeling of pity or
compassion.”
“la cualidad o poder en una
experiencia de la vida real o en la literatura, la música, el habla u otras
formas de expresión, de evocar un sentimiento de lástima o compasión.”
WordReference Random
House Unabridged Dictionary of American English © 2024. https://www.wordreference.com/definition/pathos
[2] Rubio, M. Á. S. (1995).
Diccionario médico. https://catedraedipica.wordpress.com/wp-content/uploads/2022/08/ficha-ii-fundamentos-y-concetualizaciones.pdf
[3] Campbell, G. (1988). The philosophy of
rhetoric. SIU Press.
[4] Hartley,
D. (1948). Observations on man, his frame, his duty and his expectations, 1749.
https://psycnet.apa.org/record/2006-10213-010
[5] Ibidem
[6] Ibidem
[7] Mshvenieradze,
T. (2013). Logos ethos and pathos in political discourse. Theory & Practice in Language
Studies, 3(11).
https://www.proquest.com/docview/1464745622
Este artículo pretende subrayar todos los medios
lingüísticos de los discursos de los candidatos presidenciales de 2002 y 2007,
Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, que sirvieron como la tríada de la
argumentación de Aristóteles (Logos, Ethos y Pathos) sin los cuales es
imposible construir cualquier tipo de argumentación. discursos escritos,
verbales y/o como en nuestro caso, políticos.
[8] Conciencia emocional es la capacidad para percibir con precisión
los propios sentimientos y emociones; identificarlos y etiquetarlos. Contempla
la posibilidad de experimentar emociones múltiples y de reconocer la
incapacidad de tomar consciencia de los propios sentimientos debido a
inatención selectiva o dinámicas inconscientes.
Perera Medina, C. (2017). Conciencia Emocional y Regulación
Emocional.
https://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/118533/7/TFP%20Cristina%20Perera.pdf
[9] “God-terms”, “términos
sagrados”
“Los “God-terms”, “términos
sagrados” o “términos de Dios” representan todas las palabras y frases que
adoptas como dotadas de una “potencia inherente” para identificar lo que
apoyas.
Están
definidas por Ken Broda Bahm en Know Your ‘God Terms’ and Your ‘Devil Terms’ https://yourtrialmessage.com/god-terms-and-your-devil-terms
“(…) basarse en el trabajo del retórico Richard
Weaver e identificar
los "términos de Dios" y los "términos del diablo" de su
caso. Los términos de Dios representan todas las palabras y frases que adoptas,
palabras que tienen una “potencia inherente” para identificar lo que apoyas. En
sus escritos de los años cincuenta, Weaver utilizó los ejemplos de “progreso” y
“libertad” como palabras que considerábamos incuestionablemente buenas. Como
era de esperar, los 'términos diabólicos' representan su imagen especular, y el
principal ejemplo de "comunista" de Weaver ha sido reemplazado en
nuestro tiempo por "terrorista" como término diabólico definitivo.
Los términos diabólicos no son términos que se evitan, sino
más bien términos que se adoptan al describir el otro lado y al ayudar a
enmarcar aquello en contra de lo que debería estar su audiencia. Las imágenes
celestiales detrás de las palabras son más que una excelente manera de recordar
el concepto, sino que son una parte importante de su significado. Un término
dios significa más que simplemente un "buen término",
sino que es un "absoluto retórico", algo que conlleva un fuerte
significado automático. Es decir, no es bueno porque podemos pensar en un
argumento de por qué es bueno. Más bien, es bueno porque encaja con al menos
una visión del mundo común que nuestra audiencia tiene sobre lo que es bueno.
Lo mismo ocurre con los términos diabólicos: tienen una connotación natural
desfavorable.
Una constelación particular de términos de dios y términos de
diablo tiene la ventaja de transmitir no sólo un argumento, sino una visión del
mundo en la que el argumento tiene sentido. Por esa razón, se ha convertido en
una herramienta útil para los académicos que desean comprender qué hace que un
orador sea eficaz. Por ejemplo, un trabajo reciente ( Zhang, 2010 ) analiza los grupos de términos dios y diablo en el
discurso del presidente Obama en Praga sobre un “mundo libre de armas nucleares” (se refería a las armas, pero a la luz de
la crisis continua en Japón , el un significado más amplio podría tener un
atractivo aún mayor). El estudio analiza las formas en que el uso específico de
la retórica por parte de Obama, incluidos los términos dios (“interés común”) y
diablo (“fatalista”), ayuda a fomentar una visión del mundo centrada en las
relaciones simétricas y cooperativas entre estados.”
[10] Fubini, Enrico. La Estética
Musical desde la Antigüedad hasta el siglo XX. Alianza Editorial. p. 81.
[11] Miller,
G. P. (2010). Logos and Narrative. NYU School of Law, Public Law Research
Paper, (10-78). https://www.researchgate.net/publication/47724922_Logos_and_Narrative
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