¿Por qué se habla tanto de leer y de los libros?
Porque es guay, porque mola. Todos lo saben. Queda bien. Pero pregunten, a los mismos que presumen de leer, por contenidos y valores literarios de lo que leen y verán qué pasa.
Pregunten por el argumento de la Iliada o de la Odisea, de Cien años de Soledad. Pero no sólo de estos, ni menos lo hagan por A la búsqueda del tiempo perdido o de Guerra y paz o de La Cartuja de Parma, con ser todos obras maestras de la literatura universal, pregunten por el argumento de La reina del Sur, o de La catedral del mar, o de Los pilares de la Tierra,...
Si preguntamos por pasajes, de esos u otros libros, con indudables valores universales y singulares sucede lo mismo. Si no, pregunten por la paradoja de Sancho Panza siendo gobernador de Barataria, o por la triste historia de la cándida Eréndira, o por la sonrisa del Gato de Cheshire, tanto como se llevan ahora los gatitos... Es que no saben ni como se escribe. Todos ellos son sin duda pasajes apasionantes, incluso algunos divertidos, en todo caso ejemplifican momentos de la vida y rasgos del alma humana.
Con los personajes sucede lo mismo. O si no, pregunten por el Bachiller Sansón Carrasco, por Aureliano Buendía, por Agamenón, por Pijoaparte, por Preciosa, ¡por Julia!...
Sobre valores hay que decir que existen los valores de la literatura y los valores literarios. Sobre los primeros es ejemplar el discurso de Susan Sontag cuyo extracto está aquí y sobre los segundos, son los de las figuras y artificios que hacen el lenguaje más bello, la comunicación más efectiva, la efectividad de la plasmación en palabras de la vida y de todas sus facetas, en toda su complejidad de manera que su complejidad y riqueza de matices sea accesible por gente de todo tipo que no renuncia a ella por comodidad o pereza intelectual.
A lo largo de la historia, la academia, ha dado como respuesta, en la que hay consenso, los siguientes siete rasgos que ha de reunir la obra literaria para ser de calidad, y cuanto más los tenga más buena será:
1.-la profundidad del conocimiento,
2.-la verosimilitud,
3.-la unidad formal,
4.-el atractivo universal,
5.-la complejidad moral,
6.-la inventiva verbal,
7.-la visión imaginativa
Gracias por su atención.
En otro momento analizaré si las críticas académicas y de medios que ha tenido Caradoc abundan en estos rasgos o no.
Y si los organizadores de eventos culturales, como las Ferias del Libro, sus organizadores, responsables y sus avalistas morales y artísticos grantizan mínimamente estos criterios y su aplicación transparente.
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