‘Le beau Cradock ’, an irresistible lady-killer
Retrato del Colonel
Lord Howden, realizado en 1823 por Thomas Clemenet Thompson, British, 1780-1857.
Phoenix Art Museum. Phoenix, Arizona
Fuente: Dan Polley y Phoenix Art
Museum. 1 de Nov de 2012.
Lord Howden tiene cuando se hace este retrato 23 años,
y el grado de coronel del ejército británico.
A lo largo de los capítulos escritos y de la recopilación de materiales, leyendo biografías, documentos sobre su personalidad, relatos de hechos y
cartas, me he ido forjando una idea sobre el perfil humano de John Hobart Caradoc,
2º Lord Howden. Sobre todo en lo que respecta a su relación con las mujeres.
Han ocupado lugar preferente todo lo que estuve indagando para el capítulo
de Manuelita Rosas, y el bloqueo de Buenos Aires, así como para el capítulo
de Isabel II. Pero no sólo eso, también hay documentos que no salen ni son
citados y que ilustran sus relaciones con su primera, auténtica y única esposa,
Ekaterina Pavlovna Skavronskya, Princesa de Bragation, sobrina nieta del
Príncipe Potenkin, y dieciséis años mayor que él.
En el primer caso viendo, además de otros documentos, los retratos
de la hija de Rosas y otros de Caradoc, entre los que destaca el que
acompaño, llegué a la conclusión de que se trataba de una seducción, puesta al
servicio de la diplomacia británica, pero de una seducción al fin y al cabo. Y
ello en contra incluso de la hagiografía al uso argentina que, como no podría
ser de otra forma, realzan la figura como argentina y como mujer de carácter de
Manuelita, de manera que según ellos fue ella en una muestra de decisión la que
manejó al inglés en beneficio de los intereses de su patria (ver Mujeres de Rosas, de María Sáenz Quesada).
En el segundo caso son el cuadro
de Soldevila y Trepat “La reina Isabel II y su esposo, visitando el
monumento de Jueves Santo en la iglesia de Santa María” y las
cartas entre Lord Howden como embajador y Palmerston los que me ponen sobre
la pista de las relaciones entre nuestro personaje y la reina Isabel II.
Hasta aquí estos son pues los elementos que me han llevado a forjarme una
idea sobre el personaje.
Sin embargo, como es propio de una novela, todo lo he dejado como una
ficción que es compatible y está apoyada por unos mínimos hechos que le dan carácter
de verosimilitud en la inevitable complicidad con el lector.
Mi sorpresa, grata sorpresa, ha venido cuando he encontrado este último
documento: “The History
of Parliament. CRADOCK, Hon. John Hobart (1799-1873)”. Se trata de
un documento
totalmente fiable que está archivado en los fondos documentales de la Cambridge University Press, y que se debe a David
R. Fisher. En él se pueden encontrar igualmente los enlaces normalizados
académicamente a los documentos de referencia que justifican y avalan los
textos que se presentan.
En él, paladinamente se dice:
In 1824 he entered the diplomatic service as an attaché at the Berlin
embassy, and the following year he transferred to Paris.5 It was there that ‘le beau Cradock’,
whose good looks were legendary, made his reputation as an irresistible
lady-killer, for whom, as Charles Percy* put it, ‘Italians drown themselves,
Greeks stab, and Asiatics burn’.6 Henry
Fox* warned his mother Lady Holland against Cradock, whom he then knew only by
repute, in case he paid suit to her daughter:
He is one of the vainest, falsest, cleverest deceivers
about the beau mondeand delights in playing with the feelings of every
woman he can make to like him and as he is wonderfully well informed, naturally
clever and extremely agreeable, besides being very handsome, his task is not
difficult.
Fox was subsequently disarmed by Cradock, who was ‘so civil and so obliging
that he wins even his foes’.7 His
real preference was for titled foreign
ladies of a certain age. [1]
Ésta es la traducción de urgencia
En 1824 entró en el servicio diplomático como agregado en la embajada de
Berlín, y al año siguiente se trasladó a París. 5 Fue allí donde el « beau beau » Cradock, cuya belleza
era legendaria, forjó su reputación de irresistible “lady-killer”, para quien, como decía Charles Percy, «los italianos
se ahogan, los griegos apuñalan y los asiáticos queman». 6 Henry
Fox * advirtió a su madre lady
Holland contra Cradock, a quien entonces sólo conocía por su reputación, en
caso de que él causara un conflicto a su hija:
Es uno de los engañadores más vanos, falsos e
inteligentes del mundo y se
deleita todo lo que puede en jugar con los sentimientos de cada mujer para
provocar gustarle, y como está maravillosamente bien informado, es naturalmente
listo y sumamente agradable, además de ser muy guapo, su tarea no es difícil.
Fox fue posteriormente desarmado en sus argumentos por Cradock, que era
"tan civilizado y tan servicial que gana incluso a sus enemigos". 7 Su
verdadera preferencia es por nobles
damas extranjeras de cierta edad.
La última frase
es un dictamen certero y cuadra con todo lo que he intentado exponer: Su
verdadera preferencia [y cabría decir especialidad]
son las nobles damas extranjeras de
cierta edad. Lo clava.
Confieso sinceramente que ha
supuesto una gran satisfacción, que comparto con vosotros, el encontrar
validada ahora la opinión, que me
forjé, con estos importantes documentos.
De manera que, a más, espero que la trama se vea particularmente reforzada en
los capítulos siguientes, en los que el arrogante y poderoso Caradoc se vea en
sus horas más bajas, en su periodo más aciago, y sea precisamente una mujer de
la más baja condición, para su mayor escarnio, quien tenga que venir a rescatarlo.
Continuamos.
Para seguir leyendo...
El libro Caradoc está disponible en Amazon, se distribuye en Internet y en librerías.
[1]
Cradock es el apellido original, y de familia (patronímico) de Lord Howden, y
así es como aparece en muchos documentos ingleses, como éste. La
castellanización Caradoc, que es posiblemente cómo fonéticamente lo
transcribirían en España aparece después, y es asumido por él mismo como pone
de manifiesto el cartel en hierro forjado de la Torre Caradoc de Murcia, o el
más magnificente y perdurable, en granito, de la Casa Caradoc de Bayona.
[2] La
negrita así como la traducción es del autor.
Comentarios
Publicar un comentario