Caradoc es una novela de hechos y de personajes, pero ante todo es una novela de personas y de circunstancias. También es un libro de lectores pensados como personas. En estos tiempos he tenido ocasión de interactuar algunos de ellos, por lo general cultos y que ya tenían el hábito de leer, o que estaban motivados por los personajes y por el relato. He podido oír sus opiniones y conversar con ellos, en algunas ocasiones delante de una mesa y de un café, sin prisas. Un buen lector se nota cuando se habla con él, del libro que está leyendo. He tenido ocasión pues de conocer a estos lectores y, a través de ellos, de saber cuál es el público que realmente me interesa. Son los que leen enterándose e interesándose. No es tarea fácil, al menos al principio. Es un placer duro, de los que al principio cuestan. No hay necesidad de poner comparaciones ni metáforas. Viene esto a cuento del lenguaje de Caradoc. Su lectura no es ...
Eagleton dice: la calidad de una obra literaria depende de "La profundidad del conocimiento, la verosimilitud, la unidad formal, el atractivo universal, la complejidad moral, la inventiva verbal, la visión imaginativa: todos estos conceptos se han propuesto en un momento u otro como marcas de grandeza literaria." En cinco de esos siete elementos interviene la documentación literaria, que de esta forma se convierte en algo clave para el éxito y la calidad de la creación literaria.